Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo o De grandes cenas están las sepulturas llenas son algunos de los ref...
Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo o De grandes cenas están las sepulturas llenas son algunos de los refranes que nos recomiendan que según avanza el día deberíamos ir reduciendo la ingesta de alimentos, pero ¿qué hay de verdad en estos refranes?
¿Qué dice la ciencia al respecto?
Analizando la bibliografía científica disponible nos encontramos con que existen varias limitaciones en los estudios que pueden explicar parcialmente la heterogeneidad de sus hallazgos.
Una de las limitaciones que observamos en los estudios que analizan la influencia que puede tener el horario de las comidas sobre el control del peso y la salud es la falta de unanimidad del tipo de comidas y el horario en el que se producen estas. Otro aspecto reseñable que podría explicar la heterogeneidad de los hallazgos pueden ser los aspectos culturales, horarios de trabajo/escuela y zonas horarias, que pueden ser factores de confusión acerca del verdadero impacto fisiológico que puede tener el horario de las comidas en la salud.
Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, el estudio de Qiang et al. observó como los sujetos que consumían la mayor parte de las Kcal dentro de las dos horas posteriores a despertarse, tenían 50% menos de probabilidades de padecer sobrepeso u obesidad y sin embargo los sujetos que consumieron la mayor parte de la energía por la noche (dos horas antes de acostarse), aumentaron en un aproximadamente un 80 % las probabilidades de padecer sobrepeso u obesidad.
En la misma línea sobre una asociación positiva entre una mayor ingesta de la energía en horario vespertino y la obesidad está el estudio de Berg et al (2) en el que se analizó la ingesta de más de 3000 adultos, y observaron que aquellos que consumían la mayor parte de la energía por la noche tenían un 62 % más de probabilidades de ser obesos.
Otros dos de los estudios encontrados que observaron dicha relación causal son el de Kutsuma A et al (3) y el de Baron KG et al (4) El estudio de Kutsuma A et al (3) además informó que una frecuencia de tres veces por semana cenando dentro de las 2 horas previas a acostarse es suficiente para aumentar en un 36% en las probabilidades de ser obeso.
Una pregunta que se nos viene ante lo anteriormente expuesto es: ¿Por qué ocurre esto?
Una de las posibles explicaciones que puede tener la asociación entre la ingesta vespertina de la mayor parte de la energía y el riesgo de padecer obesidad puede estar condicionada por el cronotipo.
Se sabe que el comienzo de la noche biológica (reloj interno del cuerpo), viene dado por el inicio en la liberación de la melatonina en condiciones de poca luz, esto puede diferir entre individuos dependiendo de su ritmo circadiano o cronotipo.
El estudio anteriormente mencionado de Qiang et al (1) observó como cronotipos tempranos presentan inicios tempranos de melatonina alrededor de las 19:00 h, mientras que los cronotipos tardíos tienen inicios en la liberación de melatonina alrededor de la 1 de la mañana pudiendo afectar a la absorción y metabolización de nutrientes como la glucosa.
Un ejemplo claro de la influencia del ritmo circadiano se observa en aquellas personas que trabajan por la noche o a turnos (5). Los trabajadores por turnos tienen un mayor riesgo de padecer obesidad ya que pueden experimentar hiperfagia y un gran deseo de alimentos densos en energía, debido a una variación circadiana por un aumento en los niveles de ghrelina activa siendo más altos durante la tarde biológica que durante la mañana biológica.
BIBLIOGRAFÍA
1. Xiao Q, Garaulet M, Scheer FAJL. Meal timing and obesit: interactions with macronutrient intake and chronotype. Int J Obes. 2019;43(9):1701-11
2. Berg C, Lappas G, Wolk A, et al. Eating patterns and portion size associated with obesity in a Swedish population. Appetite. 2009;52(1):21–26
3. Kutsuma A, Nakajima K, Suwa K. Potential Association between Breakfast Skipping and Concomitant Late-Night-Dinner Eating with Metabolic Syndrome and Proteinuria in the Japanese Population. Scientifica (Cairo). 2014;2014:253581.
4. Baron KG, Reid KJ, Kern AS, Zee PC. Papel del tiempo de sueño en la ingesta calórica y el IMC . Obesidad (Silver Spring) . 2011; 19 ( 7 ): 1374–1381
5. Pan A., Schernhammer E.S., Sun Q., Hu F.B. Rotating night shift work and risk of type 2 diabetes: Two prospective cohort studies in women. PLoS Med. e1001141. doi: 10.1371/journal.pmed.1001141.
Página gentileza de nuestro colaborador:
Héctor Herrero es un reputado especialista de la nutrición en la Comunidad de Madrid. Tras completar sus estudios con un Máster en Entrenamiento y Nutrición Deportiva en la Escuela Real Madrid (UEM) realizó sus prácticas en el Getafe C.F. y el C.D. Leganés. Acreditado como antropometrista ISAK nivel 1. Actualmente pasa consulta en la Clínica Juno en Alcalá de Henares además de ejercer como nutricionista en el Getafe C.F., el C.D. Ursaria y el Club Baloncesto Alcalá. Colabora además con la revista Instituto, Deporte y Vida redactando artículos especializados junto con el análisis de bibliografía científica. Ha participado en varias charlas sobre nutrición, las más recientes en la Universidad Alfonso X El Sabio y en ciclos de conferencias de Decathlon España.
COMENTARIOS