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La medicina moderna ha proporcionado muchos medicamentos contra el cáncer con capacidades para salvar vidas, pero a menudo los efectos tóxicos en las células sanas y los efectos secundarios resultantes impiden que alcancen su máximo potencial.
Las modificaciones a un fármaco existente prometen superar este problema para una forma de cáncer común y mortal, y los científicos aclamaron el avance como un paso importante para los tratamientos de próxima generación. La investigación fue publicada en el Journal of Experimental Medicine .
El enfoque de este nuevo estudio es el gen RAS, que puede desempeñar un papel importante en las defensas del cuerpo contra el cáncer al regular las vías en las células que les permiten crecer y dividirse. Las mutaciones en este gen eliminan estos controles y equilibrios, lo que provoca un crecimiento descontrolado y el desarrollo de tumores. Los tumores que surgen de estas mutaciones son a su vez muy difíciles de tratar y representan alrededor de una de cada cuatro muertes por cáncer.
Las mutaciones RAS, por sí mismas, causan más sufrimiento que todos los demás tipos de cáncer combinados y se cobran muchas vidas en todo el mundo. Este estudio nos acerca mucho más a abordar la necesidad insatisfecha de un mejor tratamiento de estos tipos de cáncer.
El avance se produjo mediante el estudio de un tipo de mutación en el gen RAS denominada mutaciones KRAS. Los científicos descubrieron que muchos de los tumores provocados por estas mutaciones contienen altas concentraciones de hierro ferroso, una forma de hierro altamente reactiva, y que había una conexión entre estos niveles elevados de hierro y tiempos de supervivencia más cortos para los pacientes.
Para aprovechar la "ferroadicción" de los tumores, los científicos utilizaron un fármaco contra el cáncer aprobado por la FDA llamado cobimetinib como punto de partida. Este fármaco es eficaz para detener el crecimiento celular descontrolado provocado por las mutaciones de KRAS, pero no puede hacerlo de forma selectiva y tiene efectos tóxicos en los tejidos sanos que provocan efectos secundarios graves para los pacientes.
"Cobimetinib es un ejemplo clásico de un fármaco contra el cáncer que sabemos que funciona bien en su objetivo, pero no ha alcanzado su potencial clínico porque el mismo objetivo es importante en la piel y otros tejidos normales", dijo el coautor del estudio Adam Renslo.
Los científicos pudieron sintetizar una nueva forma de cobimetinib equipada con un sensor molecular de hierro ferroso. Esto significa que el medicamento permanece inactivo hasta que encuentra hierro ferroso en las células cancerosas, lo que lo enciende y activa selectivamente sus efectos anticancerígenos.
El equipo demostró la eficacia del nuevo fármaco, denominado TRX-cobimetinib, a través de experimentos en modelos de ratón de cánceres provocados por KRAS. Esto demostró que era tan efectivo como el cobimetinib para reducir los tumores, pero sin los efectos adversos típicos. Con niveles más bajos de toxicidad, los científicos podrían incorporar otros medicamentos contra el cáncer para aumentar el ataque, lo que permitiría tratamientos combinados que podrían prevenir el crecimiento tumoral con una eficacia aún mayor.
Al eliminar la toxicidad de la ecuación, no se trata solo de un fármaco nuevo, sino de 10 combinaciones nuevas que ahora puede pensar en explorar en la clínica. Ese sería el éxito de este nuevo enfoque. Los científicos creen que el enfoque también podría aplicarse a los antibióticos y están estudiando cómo apuntar a mecanismos similares podría ayudar a reducir sus efectos secundarios no deseados.
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