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En una pronunciada hoz del Júcar se alza sobre la llanura y la brecha del valle el peñasco que sustenta Alarcón, mirador y defensa natural donde los haya.
No es de extrañar que fuera elegido desde antiguo lugar de asentamiento; su foso natural y su atalaya lo designan como estrategia en la primera mirada. Pero son los árabes los que levantan la primera fortaleza y es de su lengua de donde proviene el topónimo.
Hay muy pocos lugares en el mundo en los que sea tan sencillo explicar el porqué de un emplazamiento como en Alarcón. Y es que esta hoz revirada y caprichosa trazada por el río Júcar lo tiene todo para ejercer de baluarte defensivo. Es muy probable que casi todas las civilizaciones que han poblado La Mancha se dieran cuenta de esta ventaja, pero fueron los árabes quienes, en el siglo VIII, levantaron una primera fortaleza en tan imponente ubicación y, además, le pusieron nombre al lugar. Eso sí, lo primero que se observa al llegar al mirador exterior del pueblo es una maqueta impoluta del perfecto castillo cristiano. Es entonces cuando el viaje se convierte en épica y la visita, en conquista.
Pero Alarcón es mucho más que un castillo. Al abrigo de su protección, el pueblo fue creciendo bajo el control cristiano (siglo XII) y se empeñó en tener una de las mayores densidades de iglesias fascinantes de toda Castilla. La de Santo Domingo de Silos conquista por su pulcritud románica. La de la Santa Trinidad, por su desproporcionada portada plateresca. Y la de Santa María, por mezclar a la perfección el gótico con el renacimiento. Eso sí, la gran sorpresa viene al entrar en el templo antiguamente consagrado a San Juan Bautista. En su interior, el artista contemporáneo Jesús Mateo pintó unos imponentes murales que impresionan por su belleza, su lenguaje y su magnífico contraste con el edificio
En la imponente hoz del Júcar, a caballo entre la llanura y el valle, se asienta la ciudad conquense de Alarcón. La villa de Alarcón, declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1981, con antecedentes íberos y romanos, fue ocupada por los árabes a quienes les debe su nombre, “Alarcón” que significa “fortaleza”, y su primitivo castillo del que deriva el actual. Desde la roca del promontorio de la hoz, emerge su castillo, apuntando y casi rozando el cielo, como imponente fortaleza, defensa, y mirador natural. Su naturaleza y su atalaya lo convierten en lugar altivo e inexpugnable donde los haya.
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Torre y Puerta del Calabozo en Alarcón |
Entrando por su recinto amurallado nos sumergimos en las culturas que lo poblaron y que dejaron en su arquitectura la huella corregida de unos sobre otros. Solo su muralla permanece fiel a sus orígenes medievales, al igual que las puertas que se conservan: la Puerta del Campo, la Puerta del Calabozo o la Puerta del bodegón.
El castillo, hoy convertido en Parador, todavía conserva la huella musulmana, aunque su evolución y estructura actual nos traslada al medievo. Su condición de plaza fortificada, le sirvió para ser cabeza de una de las regiones del antiguo Señorío de Villana. Entre sus torres destaca la Torre del Homenaje que se vislumbra desde cualquier punto del interior y del exterior del de la Villa. En el recorrido por la ciudad nos encontramos muestras de la historia impresa en sus calles: iglesias, torres y museos que muestran una nutrida representación de casi todo el arte español.
Castillo de Alarcón
Fortaleza medieval de origen musulmán construida en el siglo VIII que fue conquistada por el rey Alfonso VIII en el año 1184. El castillo se asienta sobre un promontorio en un meandro que forma el río Júcar, convirtiendo el enclave en un lugar inexpugnable. Desde sus almenas la vista divisa un amplio territorio que alcanza hasta la frontera con Valencia. Sus muros albergaron al ilustre Infante D. Juan Manuel, Príncipe de Villena, que escribiera entre otros el Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor et de Patronio.
Destaca su impresionante Torre del Homenaje, símbolo de la majestuosidad del edificio, fue obra de don Juan Pacheco hacia 1460. Tras años de abandono, el castillo de Alarcón fue expropiado en 1963 y, posteriormente, restaurado por Tur España. En 1966 abrió sus puertas como Parador de turismo. Actualmente se puede visitar a través de la visita guiada que realizan los guías locales.
Iglesia de Santo Domingo
Construcción, en estilo románico tardío, que se remonta al siglo XIII. Conserva de sus orígenes el ábside semicircular que remata su única nave y la portada que se abre en el lado meridional. Se trata de una portada abocinada con tres pequeñas columnas “encapiteladas” en cada jamba, sobre las que descargan sendas arquivoltas apuntadas de diseño “protogótico”. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1992.
El castillo, hoy convertido en Parador, todavía conserva la huella musulmana, aunque su evolución y estructura actual nos traslada al medievo. Su condición de plaza fortificada, le sirvió para ser cabeza de una de las regiones del antiguo Señorío de Villana. Entre sus torres destaca la Torre del Homenaje que se vislumbra desde cualquier punto del interior y del exterior del de la Villa. En el recorrido por la ciudad nos encontramos muestras de la historia impresa en sus calles: iglesias, torres y museos que muestran una nutrida representación de casi todo el arte español.
Castillo de Alarcón
Fortaleza medieval de origen musulmán construida en el siglo VIII que fue conquistada por el rey Alfonso VIII en el año 1184. El castillo se asienta sobre un promontorio en un meandro que forma el río Júcar, convirtiendo el enclave en un lugar inexpugnable. Desde sus almenas la vista divisa un amplio territorio que alcanza hasta la frontera con Valencia. Sus muros albergaron al ilustre Infante D. Juan Manuel, Príncipe de Villena, que escribiera entre otros el Libro de los enxiemplos del Conde Lucanor et de Patronio.
Destaca su impresionante Torre del Homenaje, símbolo de la majestuosidad del edificio, fue obra de don Juan Pacheco hacia 1460. Tras años de abandono, el castillo de Alarcón fue expropiado en 1963 y, posteriormente, restaurado por Tur España. En 1966 abrió sus puertas como Parador de turismo. Actualmente se puede visitar a través de la visita guiada que realizan los guías locales.
Iglesia de Santo Domingo
Construcción, en estilo románico tardío, que se remonta al siglo XIII. Conserva de sus orígenes el ábside semicircular que remata su única nave y la portada que se abre en el lado meridional. Se trata de una portada abocinada con tres pequeñas columnas “encapiteladas” en cada jamba, sobre las que descargan sendas arquivoltas apuntadas de diseño “protogótico”. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1992.
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Iglesia de Santo Domingo en Alarcón |
Centro de arte pintura mural de Jesús Mateo. Antigua iglesia de San Juan Bautista
La construcción actual data del siglo XVI y sustituyó a otra de estilo románica. Posee una sola nave cubierta con bóveda de cañón, una portada de Juan de Herrera y una torre que ha perdurado de la primitiva iglesia. Alberga en su interior El Centro de Arte de Pinturas Murales. En 1994 el joven pintor español Jesús Mateo inició el proyecto de cubrir la totalidad del antiguo edificio con un conjunto de pinturas murales.
La construcción actual data del siglo XVI y sustituyó a otra de estilo románica. Posee una sola nave cubierta con bóveda de cañón, una portada de Juan de Herrera y una torre que ha perdurado de la primitiva iglesia. Alberga en su interior El Centro de Arte de Pinturas Murales. En 1994 el joven pintor español Jesús Mateo inició el proyecto de cubrir la totalidad del antiguo edificio con un conjunto de pinturas murales.
El joven artista concibió unas pinturas con un expresivo lenguaje formal contemporáneo de gran dramatismo y constituyen una obra de arte que forma ya parte del mejor patrimonio artístico de nuestro tiempo. Esta obra contemporánea cuenta con el patrocinio oficial de la UNESCO desde 1997 por su alto interés artístico mundial. Desde la apertura al público la visitan anualmente más de 40.000 personas y son decenas de intelectuales y artistas los que admiran y apoyan estas pinturas desde su gestación.
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Plaza del Ayuntamiento con la iglesia aneja de San Juan Bautista |
Iglesia de la Santa Trinidad
Es una construcción de planta rectangular con dos naves, una del siglo XIII y otra del siglo XVI, aunque la bóveda de la nave más antigua es del siglo XV. Destacan en ella los arcos fajones y formeros apuntados, un arco triunfal de entrada al presbiterio, y un altar renacentista. La portada es típicamente plateresca; exhibe los escudos del marqués de Villena, Diego López Pacheco, y del que era obispo a la sazón, Diego Ramírez de Villaescusa. La torre se levanta sobre el llamado Arco de la Villa. El ábside actual es rectangular y sustituye a otro románico circular.
Es una construcción de planta rectangular con dos naves, una del siglo XIII y otra del siglo XVI, aunque la bóveda de la nave más antigua es del siglo XV. Destacan en ella los arcos fajones y formeros apuntados, un arco triunfal de entrada al presbiterio, y un altar renacentista. La portada es típicamente plateresca; exhibe los escudos del marqués de Villena, Diego López Pacheco, y del que era obispo a la sazón, Diego Ramírez de Villaescusa. La torre se levanta sobre el llamado Arco de la Villa. El ábside actual es rectangular y sustituye a otro románico circular.
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Iglesia Santa Trinidad de Alarcón |
Iglesia de Santa María
Este templo cumple en la actualidad funciones de parroquia. Se erigió a principios del siglo XVI en estilo plateresco con bóveda de tracería al modo gótico. La portada es de mediados de ese mismo siglo y se debe a Esteban Jamete de Orleans, el mismo que debió realizar el retablo con escenas de la vida de la Virgen y la sacristía. Está declarada Monumento Nacional. De ella destaca el retablo mayor de 1572, de enormes proporciones, considerado uno de los mejores de la región.
Este templo cumple en la actualidad funciones de parroquia. Se erigió a principios del siglo XVI en estilo plateresco con bóveda de tracería al modo gótico. La portada es de mediados de ese mismo siglo y se debe a Esteban Jamete de Orleans, el mismo que debió realizar el retablo con escenas de la vida de la Virgen y la sacristía. Está declarada Monumento Nacional. De ella destaca el retablo mayor de 1572, de enormes proporciones, considerado uno de los mejores de la región.
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Iglesia de Santa María de Alarcón |
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Interior iglesia de Santa María de Alarcón con su retablo mayor al fondo |
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