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29 agosto 2022.- Vilafamés es una pequeña localidad de Castellón con un conjunto monumental que sorprende a todo el que lo visita. Los primeros asentamientos de esta villa tuvieron lugar hace más de 80.000 años, por lo que resulta un sitio idóneo para descubrir y disfrutar del arte rupestre, no en vano esta localidad acoge el yacimiento del Abric del Castell, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y en el que se cuidan y conservan pinturas rupestres.
Una continuidad en la habitabilidad del medio estaría reflejada en la Cova de Matutano, yacimiento del Paleolítico Superior, con una antigüedad entre el 14.000 y el 11.000 antes de Cristo.
Se trata de uno de los conjuntos histórico- artísticos de mayor importancia de la Comunidad Valenciana, por su gran belleza y alto grado de conservación, así como por el enclave paisajístico donde se encuentra ubicado.
Merece la pena perderse recorriendo el casco histórico, desde la plaza de la Fuente hasta la Roca Grossa, elevada en la altura. Pasando por la calle Cervantes, la plaza de la Sangre y su iglesia, la Casa de la Villa y el castillo, de origen árabe. Todo ello protegido por una muralla levantada en el siglo XIV.
Aunque el entramado urbano de la ciudad actual se desarrolló en época musulmana. De este periodo se conservan su toponimia (AVilahameç) y, entre otros elementos, la cimentación del castillo que corona el cerro sobre el que se asienta el municipio y el trazado urbano de la zona contigua al mismo, de estrechas callejuelas tortuosas. Para pasearlas con detenimiento.
Tras ser conquistada por el rey Jaime I en el siglo XIII, la propiedad del territorio de Vilafamés fue cedida a manos de la Orden de los Hospitalarios de San Juan como recompensa a su apoyo militar hasta 1317, momento en el que pasa a la Orden de Montesa.
Plaza inexpugnable durante las guerras carlistas, en la primera mitad del siglo XVII la muralla sufrió algunas brechas por los combates. Del castillo, de origen musulmán, se conserva la torre de homenaje, que ejerce de centinela de la villa. Allá arriba, en lo que llaman el Quartijo, las murallas árabes albergan los edificios de mayor antigüedad junto a pequeños jardines secretos. Un oasis en miniatura que recuerda tiempos en los que la prisa era una palabra por inventar.
En un rincón de Vilafamés, un pueblo de interior de Castellón, se encuentra una impresionante roca a la que todos conocen como “Roca Grossa”. Cuenta la leyenda que, al tocarla, hay que pronunciar tres deseos para que, al menos, uno se cumpla. Es una mole de 2.332 toneladas y 832 metros cúbicos a los pies de la iglesia parroquial.
En un rincón de Vilafamés, un pueblo de interior de Castellón, se encuentra una impresionante roca a la que todos conocen como “Roca Grossa”. Cuenta la leyenda que, al tocarla, hay que pronunciar tres deseos para que, al menos, uno se cumpla. Es una mole de 2.332 toneladas y 832 metros cúbicos a los pies de la iglesia parroquial.
Junto a la gran roca, la fortaleza de Vilafamés llama la atención del viajero.
El conjunto histórico de Villafamés es declarado Bien de Interés Cultural en 2005. Un repaso por su notable pasado da pie al viajero para iniciar su recorrido por este pueblo castellonense. Le conviene visitar su casco antiguo, que por su entramado nos recuerda su pasado árabe con calles estrechas y zigzagueantes. No en vano está declarado Bien de Interés Cultural.
La ruta puede partir desde la Plaza de la Fuente del pueblo. Los edificios de carácter religioso son los principales atractivos patrimoniales con los que cuenta Vilafamés. La iglesia de la Asunción o la de Sangre conviven con ermitas como las de San Miguel o San Ramón.
También merece la pena visitar otros inmuebles que hay diseminados por el pueblo castellonense, como el Palacio del Batle (que alberga el Museo de Arte Contemporáneo) o el Quartijo, donde se encuentran las construcciones más antiguas de la población.
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IGLESIA DE LA SANGRE. Pinturas al fresco, con efectos ilusionistas y motivos de la Pasión en el presbiterio, atribuidas al entorno de los Guilló Barceló. |
IGLESIA DE LA SANGRE. La Iglesia de la Sangre constituye el primer recinto cultual de época cristiana de la localidad. Tras la conquista de la villa por el rey Jaime I, se procederá a la construcción del templo parroquial. En origen se trata de una iglesia del tipo denominado de «reconquista». Éstas se caracterizan por presentar una nave de salón, con arcos diafragma o apuntados que sirven para sustentar la cubierta leñosa, a doble vertiente o, bien, plana como posiblemente se dé en el caso de Vilafamés.
En la construcción inicial de la iglesia, dedicada a Santa María, se aprovecharan una serie de elementos arquitectónicos preexistentes como son un aljibe de época hispano-musulmana (encima del cual se construirá la nueva iglesia, utilizando éste como cripta de enterramiento) y parte de la muralla, igualmente de época andalusí y reformada en el siglo XIV. Entre finales del siglo XIV y principios del siglo XV, la iglesia sufre la primera reforma, produciéndose una ampliación de la misma hacia la parte de los pies.
Durante el siglo XVII, con la construcción del nuevo templo parroquial, la iglesia de Santa María quedará en desuso y pasará a denominarse iglesia de la Sangre en honor a su titular, la Cofradía de la Purísima Sangre de Jesús.
IGLESIA DE LA ASUNCIÓN. De finales del s. XVI, comienza la construcción en 1594. Su planta es trazada por el maestro de la Seo de Tortosa, Martín de Mendoza y adjudicada para su realización a Juan Palacios. En 1778 se reforma, prolongándose el crucero con la Capilla de la Comunión y nuevo presbiterio. Realizada en sillería, rodeno del terreno y mampostería, cubre con teja árabe a doble vertiente. Presenta portada fechada en 1601.
IGLESIA DE LA ASUNCIÓN. De finales del s. XVI, comienza la construcción en 1594. Su planta es trazada por el maestro de la Seo de Tortosa, Martín de Mendoza y adjudicada para su realización a Juan Palacios. En 1778 se reforma, prolongándose el crucero con la Capilla de la Comunión y nuevo presbiterio. Realizada en sillería, rodeno del terreno y mampostería, cubre con teja árabe a doble vertiente. Presenta portada fechada en 1601.
El retablo mayor, de principios del siglo XVII, fue trazado por Agustín Sanz y adjudicado a Bernardo Monfort. La construcción de la iglesia, en la mitad exterior de la muralla que rodeaba la villa, comportó el acondicionamiento de la explanada que se ubica delante de la misma, el conocido como Planet. Destaca así mismo la decoración pictórica al fresco en la Capilla de la Comunión y pechinas de la cúpula, obra de J. Oliet, así como interesantes ornamentos, orfebrería y zócalo de cerámica valenciana del siglo XVIII.
EL CASTILLO. Situado en lo alto de la villa, donde se documentan indicios de poblamiento anterior (Abric del Castell), su utilización como tal es de origen andalusí, tal y como se desprende de la denominación que se le otorga al lugar en diversos documentos “Beni-Hamez”. Conquistado por Jaime I en 1233 ha sufrido diferentes reformas a lo largo de su historia, siendo sus vestigios más antiguos del siglo XIV; momento en que el maestre de la Orden de Montesa obliga a los habitantes de Vilafamés a reparar y reforzar las fortificaciones del lugar (1375) a la vez que se transforma en un gran castillo-palacio. Su aspecto actual se configuró en el siglo XIX durante las guerras Carlistas, momento en que se construyó la torre central circular, uno de los pocos ejemplos de arquitectura carlista de la Comunidad Valenciana.
LAS ROQUES DE MALLASÉN. Se engloban en una estructura fallada que nace en el monte Mollet (Sant Joan de Moró) y se desarrolla en dirección sur-oeste-noreste hasta Vilafamés, correspondiente al Triásico (245-208 Ma) y caracterizada por areniscas continentales propias del Buntsandstein. Destacan por sus manifestaciones pictóricas rupestres en uno de los abrigos orientados a poniente. En la vegetación de la zona predominan masas boscosas de pino rodeno (Pinus pinaster) y un importante sotobosque formado por coscoja, palmito y otras especies arbustivas. Junto con las pinturas del Abric del Castell, es uno de los conjuntos de pintura rupestre esquemática más interesantes de Castellón.
EL TOSSAL DE LA FONT. La cueva se localiza en la ladera oeste del Tossal de la Font, colina que se encuentra junto al núcleo urbano de la población. Dicha cavidad forma parte de una extensa red cárstica que ocupa el subsuelo del cerro con un recorrido de 2.282 metros de galerías interiores. El yacimiento se encuentra justo a la boca de acceso formando parte de una colada arcillosa fuertemente brechificada de edad würmiense.
Palacio del Batlle. Hoy Museo de Arte Contemporáneo, un espacio construido en el siglo XIV bajo los esquemas del gótico civil, que fuera en su tiempo sede del representante de la Orden de Montesa. Se debe al polifacético Vicente Aguilera Cerní.
EL CASTILLO. Situado en lo alto de la villa, donde se documentan indicios de poblamiento anterior (Abric del Castell), su utilización como tal es de origen andalusí, tal y como se desprende de la denominación que se le otorga al lugar en diversos documentos “Beni-Hamez”. Conquistado por Jaime I en 1233 ha sufrido diferentes reformas a lo largo de su historia, siendo sus vestigios más antiguos del siglo XIV; momento en que el maestre de la Orden de Montesa obliga a los habitantes de Vilafamés a reparar y reforzar las fortificaciones del lugar (1375) a la vez que se transforma en un gran castillo-palacio. Su aspecto actual se configuró en el siglo XIX durante las guerras Carlistas, momento en que se construyó la torre central circular, uno de los pocos ejemplos de arquitectura carlista de la Comunidad Valenciana.
LAS ROQUES DE MALLASÉN. Se engloban en una estructura fallada que nace en el monte Mollet (Sant Joan de Moró) y se desarrolla en dirección sur-oeste-noreste hasta Vilafamés, correspondiente al Triásico (245-208 Ma) y caracterizada por areniscas continentales propias del Buntsandstein. Destacan por sus manifestaciones pictóricas rupestres en uno de los abrigos orientados a poniente. En la vegetación de la zona predominan masas boscosas de pino rodeno (Pinus pinaster) y un importante sotobosque formado por coscoja, palmito y otras especies arbustivas. Junto con las pinturas del Abric del Castell, es uno de los conjuntos de pintura rupestre esquemática más interesantes de Castellón.
EL TOSSAL DE LA FONT. La cueva se localiza en la ladera oeste del Tossal de la Font, colina que se encuentra junto al núcleo urbano de la población. Dicha cavidad forma parte de una extensa red cárstica que ocupa el subsuelo del cerro con un recorrido de 2.282 metros de galerías interiores. El yacimiento se encuentra justo a la boca de acceso formando parte de una colada arcillosa fuertemente brechificada de edad würmiense.
Palacio del Batlle. Hoy Museo de Arte Contemporáneo, un espacio construido en el siglo XIV bajo los esquemas del gótico civil, que fuera en su tiempo sede del representante de la Orden de Montesa. Se debe al polifacético Vicente Aguilera Cerní.
La provincia de Castellón ofrece al viajero aficionado a la historia un buen surtido de lugares de obligada visita. Uno de ellos es Morella, uno de los pueblos amurallados más hermosos de la Península Ibérica. Tanto por aquí como por San Mateu anduvo Guillaume de Bélibaste, el último cátaro de una doctrina religiosa gnóstica perseguida por herejía por la Iglesia católica.
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