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Un increíble estudio publicado en Nature ha informado del descubrimiento de una nueva vía intestino-cerebro que impulsa nuestro apetito por los alimentos grasos.
08 septiembre 2022.- La investigación encontró que las células en nuestro intestino detectan la presencia de grasa en los alimentos y pueden hablar directamente con partes de nuestro cerebro para que sigamos comiendo.
Como seres humanos, nuestra arraigada preferencia por los alimentos ricos en calorías y grasas es producto de la evolución. Para evitar el hambre, nuestros cuerpos están preparados para hacernos comer en exceso cuando tenemos la oportunidad de disfrutar de una comida "grasosa".
Una serie de mecanismos diferentes se activan cuando comemos alimentos grasos , desde las hormonas intestinales que regulan la saciedad hasta los receptores del gusto que desencadenan sentimientos de placer alimentados por la dopamina. Sin embargo, en nuestro mundo moderno de acceso ilimitado a los alimentos, estos impulsos animales a menudo resultan en obesidad y enfermedades metabólicas.
Vivimos en tiempos sin precedentes, en los que el consumo excesivo de grasas y azúcares está causando una epidemia de obesidad y trastornos metabólicos. Si queremos controlar nuestro deseo insaciable de grasa, la ciencia nos muestra que el conducto clave que impulsa estos antojos es una conexión entre el intestino y el cerebro.
Hace dos años, un estudio histórico descubrió una vía directa entre el intestino y el cerebro que comunicaba la presencia de azúcar en el intestino. Esta vía de señalización trascendió cualquier comunicación de dulzura entre la boca y el cerebro, lo que sugiere que nuestros intestinos pueden estar controlando lo que comemos de manera más directa de lo que se pensaba anteriormente. Esta nueva investigación se basa en esos hallazgos anteriores para explorar si vías similares entre el intestino y el cerebro comunican respuestas a los alimentos grasos.
Charles Zuker, un investigador que trabaja tanto en este estudio como en el estudio del azúcar de 2020, dijo que el descubrimiento de esta nueva vía intestino-cerebro ofrece la oportunidad de desarrollar tratamientos contra la obesidad que bloquean este mecanismo de señalización. En lugar de tratar de suprimir las hormonas del apetito, o cambiar la forma en que nuestro cerebro responde al placer de la comida, esto apunta a una nueva forma de evitar que el cuerpo coma alimentos grasos en exceso.
La investigación muestra que la lengua le dice a nuestro cerebro lo que nos gusta , como cosas que saben dulces, saladas o grasosas. El intestino, sin embargo, le dice a nuestro cerebro lo que queremos , lo que necesitamos.
Fuente: Universidad de Columbia
Más información: Li, M., Tan, HE., Lu, Z. et al. Gut-Brain Circuits for Fat Preference. Nature (2022). https://doi.org/10.1038/s41586-022-05266-z
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