bonos verdes, madrid
Casi el 70% ha sido comprada por inversores extranjeros, con los países nórdicos a la cabeza, seguidos de Alemania y Reino Unido
Madrid es la única región española que autoriza este tipo de operaciones para la puesta en marcha de iniciativas medioambientales
La demanda ha superado la cifra récord de 2.000 millones de euros, la segunda en lo que va de año
20 junio 2023.- La Comunidad de Madrid ha colocado hoy 600 millones de euros en bonos verdes a cinco años con un cupón del 3,362%, el equivalente a un diferencial respecto a la referencia del Tesoro al mismo plazo de 21 puntos básicos. La demanda ha superado la cifra récord de los 2.000 millones de euros, con más de 110 inversores, lo que pone de manifiesto la confianza de estos operadores en la economía madrileña.
Sobre la distribución geográfica, el 67% de los bonos se ha colocado entre inversores extranjeros, destacando los países nórdicos, con un 13% del total, seguidos de Alemania, que alcanza un 10%, y Reino Unido y Portugal, un 7% cada uno.
Esta emisión de deuda pública ha recibido la autorización del Gobierno central y forma parte del Marco de Financiación Sostenible de la Comunidad de Madrid, que permiten la puesta en marcha de iniciativas medioambientales en materias como el trasporte público limpio.
Madrid es la única autonomía que realiza este tipo de operaciones, dos este mismo año, ya que el pasado mes de marzo autorizó otra por importe de 1.000 millones con un plazo de diez años.
QUÉ SON LOS BONOS VERDES
En un entorno en el que las empresas tienen cada vez más conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad, los bonos verdes se han consolidado como una alternativa de financiación. 2021 se cerró con un volumen récord de emisión de 904.000 millones de euros de bonos ESG ('environmental, social and governance') en todo el mundo, mientras que hasta mediados de noviembre la cifra se ha situado en los los 701.000 millones de euros, según Bloomberg New Energy Finance.
Un bono verde es cualquier tipo de bono cuyos fondos se destinan exclusivamente a financiar o refinanciar, en parte o en su totalidad, proyectos verdes elegibles, ya sean nuevos y/o existentes. Además deben de estar alineados con los 'Green Bond Principles' (GBP), que promueven la integridad del mercado de bonos verdes a través de directrices que recomiendan transparencia, publicidad y reporte de informes.
Según establecen los 'Green Bond Principles', un bono podrá recibir la certificación ‘verde’ si sus fondos se destinan a una o varias de las categorías siguientes. Es una lista indicativa, pueden haber más categorías:
Energías renovables: incluyendo producción, transmisión, dispositivos y productos.
Eficiencia energética: edificios nuevos y reformados, almacenamiento de energía, calefacción urbana, redes inteligentes, dispositivos y productos.
La prevención y el control de la contaminación. Incluido el tratamiento de las aguas residuales, la reducción de las emisiones atmosféricas, el control de los gases de efecto invernadero (GEI), la descontaminación de los suelos, la prevención, reducción de residuos, el reciclaje de residuos y la transformación eficiente de residuos a energía, los productos de valor añadido provenientes de los residuos y la refabricación y el seguimiento ambiental asociado.
Gestión sostenible de los recursos naturales y el uso de la tierra. Incluida la agricultura sostenible, la cría de animales sostenible, los aportes agrícolas inteligentes para el clima como la protección biológica de los cultivos o el riego por goteo, la pesca y la acuicultura; la actividad forestal sostenible, incluyendo la forestación o reforestación y la conservación o restauración de paisajes naturales.
Conservación de la biodiversidad terrestre y acuática, incluyendo la protección de ambientes costeros, marinos y de cuencas.
Transporte limpio, como transporte eléctrico, híbrido, público, ferroviario, no motorizado, transporte multimodal, infraestructura para vehículos de energía limpia y reducción de emisiones nocivas.
Gestión sostenible del agua y de las aguas residuales, incluida la infraestructura sostenible para el agua potable y limpia, el tratamiento de las aguas residuales, los sistemas de drenaje urbano sostenible y la capacitación fluvial y otras formas de mitigación de las inundaciones.
Adaptación al cambio climático, incluidos sistemas de apoyo a la información, como la observación del clima y los sistemas de alerta temprana.
Productos adaptados a la economía circular y/o ecológica, tecnologías y procesos de producción, como el desarrollo y la introducción de productos respetuosos con el medioambiente, con una ecoetiqueta o certificación medioambiental, y un embalaje y distribución eficientes con sus recursos.
Edificios ecológicos que cumplan con las normas o certificaciones reconocidas regional, nacional o internacionalmente.
Fuente: Comunidad de Madrid
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