Las precipitaciones récord y las inundaciones repentinas, son parte de una tendencia peligrosa en todo el Mediterráneo
11 septiembre 2023.- Las recientes inundaciones sin precedentes en Grecia y alrededores, fueron provocadas por las precipitaciones asociadas a la tormenta Daniel el lunes 4 de septiembre, que también afectó a Turquía y Bulgaria. Al día siguiente, en el pueblo de Zagora, cayó una lluvia récord de 754 mm en sólo 18 horas , dejando partes de la región de Tesalia en crisis e incapaces de responder.
Para poner esto en perspectiva, Londres recibe alrededor de 600 mm de lluvia en el transcurso de un año medio, mientras que Tesalia recibe 495 mm, lo que significa que el martes cayó alrededor de 1,5 años de lluvia en 18 horas. Imagínese la lluvia más torrencial que jamás haya experimentado, tal vez un aguacero que dure aproximadamente 20 minutos. Ahora imagine que llueve así de fuerte pero sin pausa durante un día entero.
Las inundaciones repentinas son de corta duración pero extremadamente intensas y, por lo general, ocurren dentro de las seis horas posteriores a una lluvia intensa. A diferencia de las inundaciones regulares, que se desarrollan más lentamente y se pueden predecir con anticipación, las inundaciones repentinas toman a la gente con la guardia baja debido a su rápida aparición.
Efectos catastróficos
En los tres países afectados, las inundaciones han matado al menos a 18 personas, y muchas otras han buscado refugio en sus tejados. Se han producido continuos cortes de electricidad y agua, la infraestructura ha resultado dañada, casas e incluso pueblos enteros han quedado completamente sumergidos. Estas son las consecuencias que pueden volver a producirse en cualquier otra región del Mediterráneo.
Este ciclón Daniel arrastró grandes nubes de lluvia tanto del Mediterráneo como del Mar Egeo entre Grecia y Turquía. Pero no se disipó y, en cambio, su centro de baja presión se desplazó hacia el suroeste y se instaló justo al sur de Italia, mientras que sus bandas de nubes de lluvia también se desplazaban hacia el sur y cubrían la mayor parte de Grecia continental.
Es importante enfatizar que las inundaciones repentinas no se se han limitado sólo a Grecia. De hecho, son parte de un patrón más amplio de clima extremo que se ha vuelto más intenso y frecuente en toda la región del Mediterráneo.
Los investigadores que analizaron 150 años de datos sobre inundaciones en el Mediterráneo descubrieron que la mayoría eran inundaciones repentinas, con su mayor ocurrencia durante los meses de verano y otoño. La región es particularmente susceptible a estas inundaciones debido a los efectos combinados del cambio climático y la urbanización.
Esto último ha aumentado el desarrollo urbano en zonas propensas a inundaciones y ha aumentado las superficies impermeables (como carreteras y aceras), impidiendo la absorción natural de agua en el suelo.
El capítulo del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático sobre la región mediterránea emitió una advertencia de que los eventos de lluvias extremas ocurrirán con mayor frecuencia y serán aún más intensos, elevando el riesgo de inundaciones repentinas. Esta advertencia, en combinación con los registros de inundaciones repentinas en 2023 en España, Italia, Turquía, Bulgaria, Francia y Grecia, subraya la necesidad urgente de medidas proactivas para abordar estos desafíos relacionados con el clima.
La investigación avanza
Las inundaciones repentinas pueden ser poco comunes, pero son lo suficientemente graves como para ser motivo de gran preocupación. Afortunadamente, la investigación ha avanzado considerablemente en los últimos años. Ahora podemos pronosticar mejor cuándo podrían ocurrir inundaciones repentinas , qué áreas podrían ser susceptibles y evaluar su impacto en tiempo real .
Un equipo de investigadores están trabajando en un proyecto que combina fuentes documentales históricas y modelos hidráulicos modernos. De esta manera es posible arrojar luz sobre inundaciones pasadas y comprender mejor los riesgos que plantean, ayudándonos a diseñar estrategias de mitigación efectivas para el futuro.
Una erradicación completa de las inundaciones no es técnicamente viable ni económicamente asequible. En cambio, a mayor escala, es clave comenzar a identificar áreas propensas a inundaciones repentinas, especialmente en cuencas con inundaciones repentinas históricas. Luego deberíamos centrarnos en abogar por la acción climática y las medidas de resiliencia, que pueden ser cualquier cosa, desde defensas “duras” como muros y diques contra inundaciones, limpieza de cauces, hasta políticas urbanísticas y turísticas, asó como una mejor conciencia pública sobre los riesgos.
Puesto que estos fenómenos adversos se seguirán repitiendo en toda la cuenca mediterránea, sólo estas prácticas ofrecerán la esperanza de un futuro más seguro y resiliente.
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