Encuentran tablilla tartésica de 2400 años de antigüedad con alfabeto paleohispánico
15 junio 2024.- El reciente descubrimiento de una tablilla de 2.400 años de antigüedad en España ha arrojado luz sobre una antigua civilización perdida. La pizarra de 8 pulgadas, desenterrada en el sitio arqueológico Casas del Turuñuelo, aparece inscrita con una secuencia alfabética de 21 signos, potencialmente pertenecientes a la sociedad paleohispánica perdida conocida como Tartessos.
Según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la tablilla también representa un marco en el que se encontraron figuras de guerreros, lo que sugiere la existencia de una civilización avanzada que desapareció misteriosamente. Se cree que el sitio fue un santuario o templo para el pueblo tartésico.
Investigadores del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), centro mixto del CSIC y la Junta de Extremadura, estudian actualmente la serie de signos inscritos en la tablilla de pizarra. Las interpretaciones preliminares indican que podría ser un alfabeto de una escritura paleohispánica del sur, lo que proporciona información valiosa sobre el sistema de escritura y la cultura de esta antigua civilización.
Este notable descubrimiento es cuatro siglos anterior a la Piedra Rosetta y ofrece una oportunidad única para desentrañar los misterios que rodean a la sociedad tartésica, su lengua y su eventual desaparición de la región.
La cultura tartésica ocupó el suroeste de la Península Ibérica entre los siglos IX y V a.C. Estos pueblos eran expertos en el trabajo de los metales con plata, estaño y hierro, lo que los hacía ricos. Los tartesios fueron una civilización próspera a partir de una mezcla de habitantes indígenas y colonos griegos y fenicios. Sin embargo, la naturaleza exacta de su estructura sociopolítica sigue siendo un tema de debate. Los estudiosos no están seguros de si constituyeron una gran ciudad-estado, una nación de pleno derecho o una entidad en algún punto intermedio.
Las tallas de la tablilla, que datan aproximadamente del 600 al 400 a.C., exhiben varias ilustraciones. Las fotografías preliminares revelan representaciones repetidas y superpuestas de rostros, formas geométricas y una sorprendente escena de combate en la que aparecen tres guerreros. Los arqueólogos plantean la hipótesis de que esta tablilla sirvió como cuaderno de bocetos, proporcionando una visión única de las prácticas artísticas y las narrativas visuales de la época. Fuente: JFiJ/CSICUna teoría intrigante sugiere que un evento catastrófico, como un terremoto o un tsunami, puede haber contribuido a su eventual desaparición. A pesar de las incertidumbres que rodean su organización y destino, la existencia de los tartésicos arroja luz sobre la intrincada interacción cultural que dio forma a las antiguas sociedades ibéricas. No se sabe mucho sobre esta cultura, pero hace algunos años los científicos desenterraron cinco notables bustos de piedra de tamaño natural que revelan por primera vez los rostros del antiguo pueblo tarteso.
Según la investigadora del CSIC Esther Rodríguez González, la tablilla, que data de alrededor del 600-400 a.C., presenta intrincados tallados de rostros, formas geométricas y una escena de combate en la que participan tres guerreros. Cabe destacar que el volumen de información contenida en la tableta es notablemente extenso.
Esculturas de piedra de 2.500 años de antigüedad revelan por primera vez los rostros de la cultura tartésica. Fuente: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
Los arqueólogos han teorizado que la tableta era un cuaderno de bocetos o una superficie de práctica para los artesanos, lo que les permitía perfeccionar sus habilidades antes de grabar productos terminados en materiales más valiosos como oro, marfil o madera.
Los grabados de la tablilla se asemejan a las lenguas escritas paleohispánicas, que actualmente se dividen en dos estilos o familias distintas: una común en el noreste de España y otra predominante en la región sur. Antes de este descubrimiento, los arqueólogos sólo habían encontrado fragmentos del estilo sureño, lo que les llevó a especular sobre la existencia de un sistema más completo.
El investigador de la Universidad de Barcelona, Joan Ferrer i Jané, examinó la tablilla y observó su compatibilidad con secuencias conocidas de dos tablillas anteriores del dialecto sureño del mismo período. Significativamente, el alfabeto Turuñuelo o Guareña representado en la nueva tablilla muestra los primeros 10 signos del alfabeto, también encontrados en el sitio arqueológico de Espanca en Castro Verde, Portugal.
Las excavaciones en las Casas del Turuñuelo, lugar donde se descubrió la tablilla, llevan al menos seis años en marcha, según han confirmado responsables del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Fuente: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)“Este alfabeto tiene 27 signos y es el único completo que conocemos hasta la fecha. Otro fue encontrado en la excavación de Villasviejas del Tamuja (Cáceres) pero está muy fragmentado, sólo presenta algunos signos centrales. Por tanto, Guareña sería la tercera y aportaría mucha información”, afirma Ferrer en una nota de prensa .
Desafortunadamente, el estado roto de la tablilla ha oscurecido parte de su alfabeto, pero Ferrer i Jané espera reconstruirla con otros artefactos de la región. El científico explica que en la zona dividida se habrían perdido al menos 6 signos o letras, pero si la tableta fuera completamente simétrica y los signos ocuparan tres de los cuatro lados, se podrían llegar hasta 32 signos.
Además, los signos o letras perdidos podrían llegar a once o más si un posible signo, "Tu", aislado en el costado, fuera parte del alfabeto. Ferrer i Jané señala que es una pena que se haya perdido la parte final del alfabeto, ya que es donde suelen estar las diferencias más marcadas. Como investigador cuyo trabajo combina ingeniería de software de información y lenguas antiguas, cree que esas letras faltantes podrían revelar la tableta como una nueva lengua hermana del otro tipo o familia paleohispánica del sur parcialmente entendida.
Este notable hallazgo puede proporcionar evidencia de un alfabeto sureño paleohispánico independiente y completamente nuevo, que ofrece información invaluable sobre los antiguos sistemas de escritura y el patrimonio cultural de la región.
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