Escapada a Chella y la comarca La Canal de Navarrés
Imagen de Chella. Foto: Isctock |
Chella, en el interior de la provincia de Valencia, es un municipio perfecto para una escapada de turismo rural y natural. El pueblo aún conserva su trazado de origen musulmán. Sobre las casas despunta la iglesia parroquial de la Virgen de Gracia, que fue reconstruida en el siglo XVIII tras un terremoto que sacudió la localidad en 1763. Sus tejas azules que coronan su campanario forman parte del paisaje del pueblo. En el pueblo abundan las fuentes como la del Abrullador y el Parque de la Fuente hay un lavadero tradicional.
El pueblo de Chella se localiza en la comarca La Canal de Navarrés, perfecta para el senderismo y con 8 municipios abrazados por la vasta plataforma tabular del macizo del Caroig. La zona ya fue habitada desde antiguo, como plasman diversas cavidades con arte rupestre como la Cueva de la Araña y los abrigos de Río Grande.
La Comunitat Valenciana cuenta con cerca de 600 hallazgos, de los que más de 350 se hallan protegidos por la Unesco en el epígrafe Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, como los que se hallan en la zona del macizo del Caroig, cerca de la poza y cascada del pueblo de Chella.
CAMINATA AL SALTO DEL CHELLA
El Salto del Chella y el paraje natural que lo envuelve se localizan en la comarca valenciana del Canal de Navarrès, a menos de 3 km de una excursión desde el pueblo del que toma su nombre y a una veintena de kilómetros de la localidad de Xàtiva.
La ruta al Salto de Chella es la excursión más emblemática de las que se proponen en el municipio valenciano. Con una distancia de unos 2,5 km y dificultad baja, la caminata que tiene una duración de unos 40 minutos (ida y vuelta) acerca a este rincón a las afueras del pueblo, que disfruta de un microclima que da origen a una cascada de 25 metros de caída que se desliza desde una altura de 253 metros de alto sobre el nivel del mar.
El río Sellent que llega a Chella nutre este salto de agua que bien merece una caminata. El paraje cuenta con un mirador en la parte alta que regala una imagen panorámica del lugar, mientras junto al lecho se admira la piscina natural que forman y la cascada precipitándose desde la colina.
La comarca valenciana del Canal de Navarrés da cobijo en el pueblo de Chella a una cascada por la que se precipita el río Sallent.A las afueras del pequeño pueblo de Chella se ven las indicaciones a distintos parajes de interés natural. Entre estos se halla el mirador de El Salto al que se llega siguiendo el PR-CV 113, un sendero de pequeño recorrido de la comunidad autónoma valenciana. En este rincón, el río Sallent, afluente del Júcar, crea una cascada y poza de agua con gran riqueza vegetal a su alrededor. De fácil acceso, el sendero incluye unas escalinatas que llevan a la parte alta de la cascada.
Desde esta atalaya se desciende fácilmente a la piscina natural que en verano invita a darse un placentero chapuzón. En el pasado este rincón fluvial de los alrededores de Chella vivió una época dorada al ser fuente de energía a fábricas de papel, molinos de agua y centro de luz que la suministraban a las poblaciones de los alrededores.
Foto: ShutterstockLa excursión al salto parte desde el Parque de la Fuente en el mismo Chella. Ahí arranca el sendero hasta la poza, que en la zona es conocida como «la playa» y se sitúa a los pies de la cascada. La senda, al inicio abierta y luego cada vez más sinuosa y frondosa, acompaña pirmero hasta el salto y luego hasta su base. En el camino se encuentran cavidades en los laterales y oquedades en el suelo, muchas ocasionadas por la erosión del terreno y las filtraciones fluviales.
Entre otras destaca la Cueva que Llueve, llamada así por las numerosas filtraciones de agua de la cascada que han ido modelado estalactitas y estalagmitas. Cerca de Chella, a 14 km, también se pueden admirar los Charcos de Quesa, una sucesión natural de balsas de agua.
Foto: Turismo Comunidad ValencianaOtra cueva de la zona es la del Turco de Chella, que en origen eran unos graneros originarios de cuando los bereberes colonizaron el territorio entre los siglos VIII al XIII; posteriormente, los musulmanes los usaron de refugio ante los cristianos. También se pasa junto antiguas naves ahora repletas de vegetación, un viejo molino y la zona conocida como El Paraíso, un pequeño humedal con mucha vegetación y un antiguo puente.
Más información: Turismo Comunidad Valenciana
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