El Acuerdo UE-MERCOSUR: es una cuestión espinosa para los agricultores europeos
19 noviembre 2024.- Los acuerdos de libre comercio suelen prometer beneficios económicos mutuos, pero rara vez están exentos de desafíos. El Acuerdo UE-MERCOSUR, un acuerdo comercial propuesto entre la Unión Europea y el MERCOSUR (un bloque comercial sudamericano), tiene como objetivo crear una de las zonas de libre comercio más grandes del mundo. Sin embargo, lo que debería ser un hito en el comercio mundial se ha convertido en un punto de conflicto para un intenso debate.
Los ambiciosos objetivos del acuerdo de reducir los aranceles e impulsar el comercio entre las dos regiones se han visto eclipsados por las preocupaciones generalizadas sobre su impacto ambiental, los riesgos que plantea para las economías locales y sus implicaciones para los derechos humanos. Desde los temores de una deforestación acelerada en la Amazonia hasta las protestas de los agricultores europeos, el Acuerdo UE-MERCOSUR es un tema polémico.
El Acuerdo UE-MERCOSUR representa una asociación comercial entre la Unión Europea y el MERCOSUR (un bloque sudamericano que comprende Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). Las negociaciones comenzaron hace más de dos décadas, en 1999, y las dos partes alcanzaron un acuerdo provisional en 2019. De ratificarse, el acuerdo abarcaría a 780 millones de personas y facilitaría un flujo comercial anual de hasta 45.000 millones de euros, lo que lo convertiría en uno de los acuerdos comerciales más grandes del mundo.
El Acuerdo UE-MERCOSUR encarna la promesa de integración económica pero también resalta las complejidades de alinear diversas prioridades económicas y regulatorias
En esencia, el acuerdo UE-MERCOSUR busca eliminar casi todos los aranceles sobre los bienes comercializados entre las dos regiones. Para la UE, esto significa un mayor acceso a los mercados del MERCOSUR para sus industrias, en particular en los sectores automotriz, vitivinícola y de maquinaria. Mientras tanto, las naciones del MERCOSUR se beneficiarían de una expansión de las exportaciones de productos agrícolas como la carne de vacuno, la soja y el azúcar a Europa. El acuerdo también incluye medidas para respetar los productos reconocidos regionalmente, como el champán francés y el parmesano italiano, protegiéndolos de las imitaciones.
El acuerdo no se limita a reducir las barreras comerciales, sino que también aborda la cooperación regulatoria y las compras públicas. Al armonizar las normas, pretende agilizar el comercio y, al mismo tiempo, conceder a las empresas europeas acceso a los mercados de compras del MERCOSUR y viceversa. Además, se han negociado cuotas para productos de alta demanda, como 99.000 toneladas de carne de vacuno y 180.000 toneladas de aves de corral, que estarían sujetas a aranceles reducidos o nulos.
Las controversias ambientales en torno al acuerdo UE-MERCOSUR ponen de relieve el desafío más amplio de conciliar la liberalización comercial con la sostenibilidad.
Sin embargo, estas disposiciones han suscitado inquietudes sobre la equidad y la sostenibilidad. Los agricultores de la UE sostienen que se enfrentan a normas ambientales y laborales más estrictas que sus homólogos sudamericanos, lo que genera temores de una competencia desleal. Mientras tanto, los ambientalistas advierten que incentivar las exportaciones agrícolas del MERCOSUR podría exacerbar la deforestación y la pérdida de biodiversidad .
Implicaciones económicas del acuerdo UE-MERCOSUR
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