Tras 1000 días de guerra, el frente ucraniano se encuentra en punto muerto
Esta semana se han superado los 1.000 días de la invasión rusa de Ucrania, un conflicto que ha causado un inmenso sufrimiento humano y ha puesto a prueba el suministro mundial de armas.
A principios de esta semana se superaron los 1.000 días de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022, el mayor conflicto europeo desde la Segunda Guerra Mundial. Casi tres años después, los principales ataques con misiles y drones siguen teniendo como objetivo infraestructuras energéticas ucranianas clave y se cobran vidas civiles.
La continua guerra de agresión de Moscú está gastando enormes cantidades de armamento y vidas humanas para lograr pequeñas pero constantes ganancias territoriales en torno a la casi quinta parte de Ucrania que ya controla. En su primer año, Kiev perdió mucho territorio, pero logró victorias clave, resistiendo a un adversario mayor y recuperando terreno mediante contraofensivas. Las fuerzas ucranianas hicieron retroceder a las tropas rusas a través del río Dniéper e incluso lanzaron una incursión en la región rusa de Kursk a mediados de 2024.
A pesar de estos esfuerzos, Rusia sigue controlando franjas del este de Ucrania, como Lugansk, Donetsk, Zaporiyia, Jersón y Crimea. Tras dos años de estancamiento en los frentes, la guerra ha llegado a un punto muerto.
La guerra en Ucrania ha desplazado a millones de personas, desencadenando una crisis de refugiados en toda Europa. En el día 1.000 del conflicto, el coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU, Matthias Schmale, destacó el grave balance de víctimas civiles, con más de 2.000 ataques a instalaciones sanitarias y dos millones de viviendas dañadas.
Casi el 40% de la población ucraniana depende ahora de la ayuda humanitaria, lo que subraya el impacto de la prolongada guerra en las infraestructuras y las vidas humanas.
La economía rusa creció un 4,4% en el segundo trimestre de 2024, con una tasa de desempleo baja, del 2,4%. El crecimiento económico y las continuas exportaciones de petróleo y gas han reforzado los ingresos del Gobierno a pesar de las sanciones occidentales y del tope de 60 dólares (57 euros) impuesto al precio del petróleo ruso. Moscú ha eludido este límite, restringiendo a las aseguradoras y transportistas occidentales la venta de petróleo por encima del límite, mediante su propia flota de petroleros y acuerdos de seguros alternativos.
Según los expertos, estas medidas han permitido al Kremlin seguir beneficiándose de sus exportaciones de petróleo. En un nuevo informe, investigadores de la Universidad de Harvard y del Instituto Peterson de Economía Internacional afirman que Rusia pudo prepararse para las sanciones financieras gracias a las lecciones aprendidas de las sanciones impuestas en 2014 tras invadir Crimea.
En términos de ayuda militar a Ucrania, EE.UU. ha proporcionado más de 56.200 millones de dólares (53.400 millones de euros) en ayuda militar desde la invasión rusa en febrero de 2022, junto con un importante apoyo humanitario y financiero. Ha aportado casi 85.000 millones de euros, lo que le convierte en el mayor donante individual, según el Instituto Kiel para la Economía Mundial.
Dinamarca lidera la ayuda en relación con el PIB, dedicando el 1,86% de su economía a apoyar a Ucrania, mientras que EE.UU. ocupa el puesto 17 en este sentido.
Sin embargo, la situación podría cambiar drásticamente, ya que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha prometido reducir significativamente la ayuda estadounidense a Ucrania.
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