El IMIDRA desarrolla tres líneas de investigación en olivicultura que posicionan los aceites de Madrid como referentes de calidad
· Estudia el rendimiento de variedades de aceituna de almazara, técnicas de cultivo y poda y manejo de suelos
· Entre otros ensayos, se está evaluando el uso de cubiertas vegetales para determinar su idoneidad
· El instituto de investigación lleva a cabo estos estudios en el Centro de Olivicultura, en la finca experimental La Chimenea
22 noviembre 2024.- La temporada de recogida de aceituna ha comenzado. La Comunidad de Madrid espera cosechar casi 33.000 kilos de aceitunas en La Chimenea, finca que gestiona el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA).
En esta finca, situada en los términos municipales de Colmenar de Oreja y Aranjuez, se encuentra el Centro de Olivicultura de la región, en el que el IMIDRA desarrolla, principalmente, tres líneas de investigación: manejo de suelos; estudio de variedades de aceituna de distinta procedencia, tanto en riego como en secano; y técnicas de cultivo y de poda. Estos estudios están contribuyendo a posicionar a la Comunidad de Madrid como una región de referencia en la producción de aceites de oliva virgen y virgen extra.
El IMIDRA cultiva de manera experimental las variedades de cornicabra, arbequina, picual y manzanilla cacereña, entre otras, en 25 hectáreas de olivar, de los que 900 olivos están en ecológico. En esta superficie, el Instituto de investigación desarrolla varios programas de investigación agroalimentaria destinados a optimizar el rendimiento del cultivo del olivar, así como a mejorar la producción y calidad del aceite madrileño de forma sostenible.
ENSAYO CON CULTIVO DE YEROS
Una de las líneas de trabajo profundiza en las técnicas de manejo de suelos combinado con estrategias de riego en la variedad Cornicabra. Las investigaciones sobre cubiertas vegetales están demostrando las ventajas de una práctica sostenible, que mejora su fertilidad, incrementa su capacidad de secuestro de carbono orgánico, reduce la erosión y favorece la retención de agua en el suelo y su disponibilidad para el cultivo.
Con los suelos cubiertos, espontáneamente o mediante siembras, aumenta la biodiversidad y se reduce el uso de fitosanitarios y fertilizantes, dado que hay un mayor control de plagas y enfermedades que afectan al olivar madrileño. Uno de los ensayos en cubiertas vegetales, que analiza el rendimiento de los olivos con suelos sembrados de yeros, está determinando que esta leguminosa ancestral es capaz de aumentar el nitrógeno foliar de los árboles.
Además, algunas de las investigaciones han permitido identificar las variedades de olivo que mejor se adaptan a las condiciones climáticas y de suelo de la zona, como la hojiblanca, picudo, redondilla, etc. Esto permite aumentar la producción obtener mejores aceites de oliva virgen extra. También se han desarrollado nuevas técnicas de cultivo, como la poda racional, el riego eficiente controlado y la fertilización equilibrada, guiados por las analíticas de hoja de cada ensayo, técnicas que optimizan el rendimiento de los olivos y mejoran la calidad de la aceituna.
En el Centro de Olivicultura, el IMIDRA también realiza estudios de elaiotecnia (elaboración, extracción y conservación de aceites), analizando la composición química y sensorial de los mismos para valorizarlo y posicionarlo en el mercado.
29.000 HECTÁREAS DE OLIVAR EN LA REGIÓN
En la región hay cerca de 29.000 hectáreas de olivares –3.500 de ellas en ecológico-, tanto de fruto destinado a la elaboración de aceite como a su consumo de mesa. Las zonas de la Comunidad con más olivares son Campo Real, Villarejo de Salvanés, Chinchón, Arganda del Rey, Morata de Tajuña, Colmenar de Oreja y Valdaracete.
Desde el año pasado Madrid tiene, además, aceites de la Denominación de Origen Protegida, sello de distinción en ocho municipios: Arganda del Rey, Carabaña, Colmenar de Oreja, Tielmes, Titulcia, Villaconejo
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