personajes, Nansen
En 1888, cuando tenía 27 años, el noruego Fridtjof Nansen saltó a la fama al realizar la primera travesía en esquís del casquete polar groenlandés. Su ansia de aventuras no se detuvo ahí, y cinco años más tarde planeó otra expedición mucho más arriesgada: llegar al polo norte a bordo del Fram, un barco construido para quedar capturado en el hielo ártico y ser llevado así por las corrientes marinas hasta el mismo polo. Aunque la expedición no pudo llegar a su objetivo, durante varios años Nansen y su compañero Johansen fueron aclamados como los dos hombres que habían estado más cerca del polo norte.
Los logros de Nansen como estadista y humanitario se basaron en la fama y la fortuna que adquirió como explorador intrépido e innovador. Su primera incursión en el Océano Ártico tuvo lugar en 1882, cuando solo tenía 20 años, a bordo de un velero (aunque su tarea principal era estudiar la vida silvestre). En 1888, realizó la primera travesía terrestre de Groenlandia, un logro que lo convirtió en un héroe nacional.
Medalla conmemorativa del viaje de Nansen en el Fram. Bridgeman / ACI
Pero quizá su hazaña más célebre como explorador fue su expedición al Polo Norte. Nansen zarpó en 1893 en el Fram, un barco que había construido especialmente para el viaje, y no regresó durante tres años. Aunque no llegó al Polo, estableció el récord del punto más septentrional de la Tierra aún alcanzado.
Esto provocó una auténtica fascinación por Nansen, tanto en Noruega como en el extranjero, sobre todo en Gran Bretaña. Entre los exploradores que buscaron su consejo, su bendición y su financiación están Roald Amundsen (quien incluso tomó prestado el Fram para su expedición a la Antártida), Ernest Shackleton y Robert Falcon Scott.
Fridtjof Nansen durante su legendaria expedición al Ártico entre 1893 y 1896. © ACNURMientras Noruega se agitaba para poner fin a su unión con Suecia, Nansen fue reclutado tanto para la ofensiva diplomática como para la campaña de relaciones públicas. Tras la independencia, en 1905, fue nombrado Embajador en Gran Bretaña, donde fue aclamado por la alta sociedad y la realeza.
Este fue su trampolín hacia un mayor compromiso internacional después de la Primera Guerra Mundial. Popular, famoso y admirado por su honestidad e integridad, a Nansen se le confiaron funciones que otras figuras más partidistas no podrían haber asumido. “De alguna manera, los hombres influyentes se sentían atraídos por la personalidad de Nansen”, escribió su biógrafo Roland Huntford.
En 1921, Nansen fue nombrado como el primer Alto Comisionado para los Refugiados de la Liga de Naciones, cargo que ocupó hasta su muerte en 1930. Inmediatamente se dedicó a buscar soluciones para los migrantes rusos que huyeron tras la revolución bolchevique; los refugiados de Grecia y Türkiye desplazados por el colapso del Imperio Otomano y la guerra de independencia turca, y los armenios que huían.
El pasaporte Nansen
Nansen vio que uno de los mayores problemas a los que se enfrentaban las personas refugiadas era la falta de documentación internacionalmente reconocida. Esto se debía en gran parte a que la caída de tres imperios casi simultáneamente, y las nuevas animosidades ideológicas de la posguerra, hacían que el mapa europeo se redibujara sustancialmente y que los países de origen de algunas personas refugiadas dejaran de existir. En particular, el nuevo gobierno soviético anuló la ciudadanía de todos aquellos que habían huido al extranjero sin su permiso. Como resultado, millones de personas que habían huido de sus hogares se convirtieron de repente también en apátridas.
A diferencia de un pasaporte tradicional, el Pasaporte Nansen no confería la nacionalidad; simplemente daba al poseedor un título de existencia y le permitía cruzar fronteras bajo la protección del Alto Comisionado, que pasaba a ser una especie de cónsul internacional. Normalmente su validez era de un año. Podía ser renovado pero no indefinidamente, ya que la intención era que su portador pudiera viajar a un tercer país miembro de la Sociedad de Naciones para instalarse definitivamente en él.
Pasaporte Nansen emitido por Checoslovaquia en 1930 a favor del exiliado Sergey Stoyanov. Lleva un sello de la Sociedad de Naciones con la efigie de Nansen.Alamy / Cordon Press
La solución de Nansen fue el ‘pasaporte Nansen’. Emitido por primera vez en 1922, servía tanto de documento de identidad como de permiso de viaje que permitía buscar trabajo en terceros países más allá de las fronteras del Estado que los acogía. Alrededor de 450.000 rusos y armenios recibieron pasaportes Nansen. Los que podían permitírselo debían pagar cinco francos de oro para obtenerlo. Cuando los pasaportes dejaron de utilizarse en 1942, más de 50 países los habían reconocido.
Más allá de ayudar a las personas refugiadas
Como indica su mención al Nobel, Nansen se dedicó al mismo tiempo a otras muchas actividades para ayudar a otras personas que necesitaban urgentemente asistencia humanitaria. Entre otras cosas, se esforzó, junto con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en repatriar a unos 430.000 prisioneros de guerra, en su mayoría procedentes de la Rusia soviética, Alemania y otras potencias derrotadas, como Austria y Hungría, aunque también participaron otras nacionalidades. Prácticamente sin presupuesto, demostró ser un recaudador de fondos y un líder muy eficaz para la causa.
Nansen también se encargó de organizar una campaña de ayuda para millones de rusos afectados por la hambruna de 1921-22. Trabajando de nuevo con el CICR, coordinó la adquisición y entrega de ayuda alimentaria a Rusia hasta 1924, cantidades pequeñas comparadas con las de la Administración de Socorro estadounidense, pero que, sin embargo, salvaron vidas.
En su triple función de Alto Comisionado para los Refugiados, Alto Comisionado para el Socorro y Alto Comisionado para la Repatriación de Prisioneros de Guerra, Nansen apeló constantemente a los Estados para que actuaran de acuerdo con ideales más elevados. “En una sociedad civilizada no se puede concebir una política práctica si no se basa en el amor fraternal, la reciprocidad, la ayuda, la confianza...”, escribió en una ocasión. “El amor fraternal es la política práctica”.
Nansen (con sombrero) en 1922 en Rodosto, hoy Tekirdag, ciudad griega que en 1923 fue entregada a Turquía. Los griegos (la mitad de su población) se trasladaron a una nueva ciudad en Grecia. Keystone-France / Getty Images
Premio Nobel de la Paz
El Pasaporte Nansen sirvió posteriormente para otros refugiados, como los armenios que huyeron de Turquía en 1924, los asirios perseguidos en Iraq desde 1928 o incluso los rusos huidos a China. Tras la muerte de Nansen en 1930, la Sociedad de las Naciones creó la Oficina Internacional Nansen para los Refugiados, que en 1938 recibiría el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos por continuar la labor de Fridtjof Nansen en beneficio de los refugiados en Europa. Años después, ya bajo las Naciones Unidas, la oficina sería sucedida por la actual ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), así que hoy en día Nansen sigue auxiliando a los refugiados a través de su legado.
El Premio Nobel de la Paz de 1938 se concedió a la Oficina Internacional de Nansen para los Refugiados, creada tras la muerte de Nansen en 1930, “por haber llevado a cabo la labor de Fridtjof Nansen en beneficio de las personas refugiadas de toda Europa”. La Oficina gestionaba los campamentos de refugiados, expedía los pasaportes de Nansen y ayudaba a proporcionar visados, puestos de trabajo, medicamentos y alimentos.
En 1954, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, creó un premio en nombre de Nansen
El Premio Nansen a los Refugiados de ACNUR se otorga a una persona u organización con una dedicación y compromiso excepcionales en el apoyo a las personas refugiadas, desplazadas internas o apátridas. La primera galardonada fue Eleanor Roosevelt, la primera presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Otros galardonados han sido el senador estadounidense Edward Kennedy, el cantante de ópera Luciano Pavarotti, la humanitaria Graça Machel, Médicos Sin Fronteras y el Pueblo de Canadá, aunque es igual de probable que el premio se otorgue a una organización poco conocida o a una persona. Desde 2017, ACNUR también reconoce a los ganadores regionales.
Nansen fue galardonado con el premio Nobel de Paz en 1922. Getty imagesUn personaje complejo, de convicción y coraje
Una compañía magnética, inspiradora, carismática, férrea y brillante. También, sombrío, introspectivo, ensimismado y perpetuamente convencido de que tenía razón. El biógrafo de Nansen describe a un hombre que oscilaba de la luz a la sombra y viceversa: podía ser irresistiblemente encantador y persuasivo, pero también era capaz de imponer su moral. Consciente de sus considerables talentos, a menudo se preocupaba por no haber hecho lo suficiente con ellos, y por haber sido arrastrado en demasiadas direcciones como para hacer una contribución verdaderamente grande en un solo campo.
Sin embargo, se le confiaba y se le respetaba como un hombre de principios que trataba de ayudar a las personas más necesitadas, un idealista dispuesto a encontrar soluciones pragmáticas a las caóticas secuelas de la Primera Guerra Mundial. Como señaló Thorvald Stoltenberg, político noruego y antiguo Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados: “Con idealismo, vigor, humanidad y visión, Nansen persiguió su inquebrantable convicción de que había que evitar que la humanidad volviera a sufrir tal devastación y miseria”.
Para saber más:
Javier Cacho. Nansen, maestro de la exploración polar. Fórcola, Oviedo, 2017.
La travesía de Groenlandia: Relato de la expedición en esquís (1888-89): 27 (Leer y Viajar)
de Fridtjof Nansen, Angel Sanz Cubero, et ál.
Hacia el Polo: Relato de la expedición del Fram de 1893 a 1896.: 7 (Leer y Viajar)
de Fridtjof Nansen y Angel Sanz Cubero
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