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El estrés crónico hace más que sólo afectar el estado de ánimo: en realidad puede cambiar la forma en que escuchamos.
12 febrero 2025.- Los investigadores descubrieron que los ratones estresados necesitaban sonidos más fuertes para desencadenar respuestas cerebrales normales. Este cambio parece estar relacionado con que ciertas células cerebrales se vuelven demasiado activas mientras que otras se suprimen, lo que altera la forma en que se procesan los sonidos.
Sus hallazgos sugieren que el estrés a largo plazo no solo intensifica nuestras respuestas emocionales, sino que también puede reducir nuestra capacidad para percibir sonidos neutrales, lo que podría tener implicaciones para los trastornos del procesamiento sensorial y la salud mental.
El estrés crónico puede cambiar la forma en que el cerebro procesa el sonido, según una nueva investigación realizada con ratones en la Universidad Ben-Gurion del Néguev. El estudio descubrió que, bajo estrés prolongado, el cerebro necesita sonidos más fuertes para producir la misma respuesta que antes.
Si bien se sabe que el estrés crónico afecta el aprendizaje y la toma de decisiones, su impacto en la audición ha sido menos explorado. La Dra. Jennifer Resnik, del Departamento de Ciencias de la Vida de la Universidad Ben-Gurion, se propuso investigar si el estrés altera las funciones cerebrales básicas, incluida la forma en que procesamos los sonidos.
“Sabemos que el estrés crónico es un factor de riesgo para varios trastornos psiquiátricos y sensoriales. Sin embargo, hay poca investigación sobre cómo nuestro cerebro procesa los sonidos neutros bajo estrés crónico”, explica.
Sus hallazgos fueron publicados el 11 de febrero en PLOS Biology .
Investigando el cerebro, no el oído
La investigación de la Dra. Resnik no se centró en cómo el estrés afecta al oído en sí. En cambio, su equipo examinó cómo el estrés crónico cambia el procesamiento auditivo en el cerebro, utilizando ratones para descubrir cómo el estrés podría alterar la forma en que se interpretan los sonidos. Descubrieron un efecto claro del estrés crónico en las respuestas sonoras a lo largo del tiempo. Los sonidos a niveles de decibelios más bajos desencadenaron reacciones significativamente más débiles a medida que persistía el estrés, mientras que los ratones mantuvieron respuestas fuertes a los sonidos de decibelios más altos.
También descubrieron que este efecto puede deberse a que un tipo de célula inhibidora se vuelve mucho más activa en condiciones de estrés repetido y suprime a otras células. Descubrieron que las células SST del cerebro comenzaban a activarse con mucha más fuerza cuando se reproducía un sonido, mientras que la actividad de las células piramidales y PV disminuía. Eso puede explicar la atenuación de los sonidos, según el Dr. Resnik.
Esta investigación sugiere que el estrés repetido no sólo afecta nuestras reacciones a estímulos cargados de emociones, sino que también puede alterar la forma en que respondemos a estímulos neutrales cotidianos.
Referencia: “Repeated stress gradually impairs auditory processing and perception” Bisharat G, Kaganovski E, Sapir H, Temnogorod A, Levy T, Resnik J, 11 February 2025, PLOS Biology.
DOI: 10.1371/journal.pbio.3003012
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