La Tribuna, crónica del henares
23 marzo 2025.- Recientemente hemos conocido una primera valoración de los costes económicos derivados de la DANA de Valencia en 2024. Son cifras mil millonarias que tampoco son representativas ni de una "recuperación" real ni de un arreglo a largo plazo.
El cambio climático ya no es una amenaza lejana. Está aquí, es real y nos afecta cada vez más a todos. Y las DANAs solo son una parte de los efectos derivados.
Predecir el cambio climático y sus costes asociados, especialmente a largo plazo, es inherentemente incierto. Y, según la mejor evidencia disponible de organizaciones como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas , los costes económicos del cambio climático los consideramos bajos en el corto plazo, lo que convierte este factor en un argumento relativamente débil para la acción ambiental.
En esencia, el clima es el promedio a largo plazo del tiempo que experimentamos. O, como lo expresó el expresidente de la Sociedad Meteorológica Americana, Marshall Shepherd: «El tiempo es tu estado de ánimo y el clima es tu personalidad».
Está ampliamente aceptado que el cambio climático se refiere a un cambio en los patrones climáticos a largo plazo, generalmente impulsado por las actividades humanas.
Sin embargo, el impacto del cambio climático, que abarca desde el aumento de las temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos hasta las consecuencias para la salud y las interrupciones en el suministro de alimentos y agua, varía considerablemente. Algunas zonas experimentan impactos más extremos que otras, lo que agrava las disparidades sociales y económicas.
También parece existir una falsa percepción sobre nuestro estado de conocimiento. Por ejemplo, muchos creen que el cambio climático ya causa tormentas más frecuentes e intensas, pero la evidencia al respecto no es concluyente .
Tratando de predecir lo impredecible
Para entender los costes económicos del cambio climático, primero debemos comprender cómo el clima afecta los resultados socioeconómicos.
La relación entre la temperatura y los resultados socioeconómicos se puede modelar utilizando una función de “dosis-respuesta”, que muestra en qué medida un cambio dado en la temperatura (la “dosis”) influye en el resultado (por ejemplo, la mortalidad relacionada con la temperatura).
Un desafío clave es comprender la forma de la función dosis-respuesta. ¿Es la relación entre la temperatura y la mortalidad lineal o más compleja? ¿Tiene umbrales más allá de los cuales los efectos cambian sustancialmente? ¿Existe una única función o existen diferentes para distintas poblaciones?
A medida que el cambio climático modifica la distribución de las variables meteorológicas, también altera los resultados. Sin embargo, predecir cómo evolucionarán estas distribuciones es difícil.
Cuanto más miramos hacia el futuro, más difícil resulta hacer predicciones fiables tanto sobre el clima como sobre los costes económicos asociados.
Si en 1925 le hubieran pedido que predijera la economía del año 2000, por ejemplo, ¿cuánta precisión habría tenido? En 1925, usted conducía un Ford Modelo T, utilizaba trenes de vapor a carbón y barcos de pasajeros para viajar, y un viaje de Londres a Nueva York por mar le llevaba semanas. Usaba el telégrafo para las comunicaciones de larga distancia y la radio para entretenerse.
Compare eso con la economía globalizada e interconectada del año 2000. Dados los avances tecnológicos, ¿su predicción habría sido siquiera cercana?
Estimaciones de costos
Existe una amplia gama de estimaciones sobre los costes económicos del cambio climático. Pero una de las más fiables proviene del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU.
El último informe de evaluación del panel evita cuantificar los costes económicos del cambio climático. Por lo tanto, para comprenderlos, podemos utilizar la mejor estimación basada en el informe anterior y las conclusiones de metaestudios. Estos análisis postulan que un aumento de temperatura de 3,7 °C reducirá el producto interno bruto (PIB) mundial en aproximadamente un 2,6 % (entre el 0,5 % y el 8,2 %) para 2100.
Sin embargo, esta comparación es extremadamente engañosa. El valor del 2,6 % actual será sustancialmente diferente del 2,6 % dentro de 75 años.
Costos de informes
También existen problemas con la forma en que se declaran los costes. Por ejemplo, si bien los daños totales causados por inundaciones y huracanes han aumentado, en realidad no han aumentado tanto como porcentaje de los ingresos de las personas.
En este contexto, es fundamental distinguir entre los daños causados por el cambio climático y los resultantes de las actividades humanas, como la construcción de más viviendas, el aumento de los precios de las propiedades y las prácticas de gestión de los ríos.
Los costes económicos del cambio climático, basados en la mejor evidencia disponible, parecen ser pequeños y altamente inciertos.
Incluso si aceptamos nuestras mejores estimaciones, el problema no son los costes económicos, sino salvar el medio ambiente.
En lugar de centrar el debate sobre el cambio climático en los costes económicos , necesitamos reorientarlo hacia los impactos tangibles que están ocurriendo ahora mismo: el retroceso de los glaciares, la extinción de especies, el cambio de estaciones y la erosión costera, por nombrar algunos.
Abordar estos problemas es costoso, pero será necesario tomar medidas para salvar el medio ambiente y garantizar un mundo habitable en el futuro.
Autor: José I. Ibarra
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